La salida a las 06.30 h. se parara a desayunar en El Caldero.Es una ruta que no llega a los 18 kilómetros, dificultad media con un desnivel acumulado de poco más 500 metros, concentrándose el mayor esfuerzo en los 2,5 kilómetros siguientes al paso por Gargantilla y sin que dicho esfuerzo requiera preparación especial. En todo caso, ese tramo se hace bien por el buen estado del firme. Y si a alguien le falta preparación, que le ponga un poco de paciencia pues enseguida se llega arriba.
El autobús nos dejó en el parking de la estación de autobuses de Hervás, en la Avda. de España, detrás del Parque Municipal, de donde salimos para coger luego la Avda. Francisco Sanz, en dirección a la Plaza de Toros.
Al llegar al puente sobre el que pasa la antigua vía del tren, lo dejamos a nuestra izquierda, continuando nosotros de frente por el camino de tierra que comienza allí mismo y que en pocos metros nos llevará a la carretera de Hervás a Gargantilla.
Hemos de seguir la carretera durante un kilómetro, hasta encontrar un camino ascendente que sale por el lado izquierdo de la carretera y que nos introduce ya en el Castañar Gallego.
En cuanto ascendemos un poco podemos ver por nuestra derecha Aldeanueva del Camino y, de fondo, la Sierra de Gredos.
En el trayecto entre la garganta que baja de Cabeza Arquera y de la siguiente, la Garganta de San Andrés, por la que discurre el Arroyo Romanillo, un pequeño puente ayuda a salvar un desnivel.
Llegamos a la Garganta de San Andrés, aprovechamos para reagruparnos.
La Garganta de San Andrés se abandona, en la cuesta arriba a la que me he referido, a mediados, en el lado izquierdo, hay una casa de piedra abandonada.
Nos encontramos unos troncos caídos y atravesados en el camino, obstáculo que no supone mayor problema sobrepasar.
Un poco más adelante y cuando ya estamos muy cerca de Gargantilla, disminuye la masa arbórea que tenemos a la derecha, con lo que nos queda a la vista toda la superficie que se extiende desde la parte baja del Castañar hasta la Sierra de Gredos.
En primer término, Aldeanueva del Camino, pero también alcanzamos a divisar Abadía, más a la izquierda, Zarza de Granadilla, La Granja y el Pantano de Gabriel y Galán. Al fondo, las alturas de la Sierra de Santa Bárbara. Y muy cerca ya, Granadilla.
La aproximación a Granadilla resulta muy grata, pues tenemos sus tejados a la vista desde un buen rato antes de que nos quede a mano. Entramos dejando a la derecha varias casas de campo, con sus huertas.
Llegamos a Granadilla por la calle San Bartolomé. Justo a la entrada del pueblo hay una fuente y un espacio amplio, donde nos detenemos para reagruparnos y, como estamos casi a mitad de la ruta, nos parece que debemos aprovechar para tomar una pieza de fruta.
Decidimos no entrar en el pueblo, por lo que cogemos una calle que sale a la izquierda, un poco más allá de donde está la fuente y que nos lleva a iniciar la principal subida que tiene la ruta de hoy.
A poco más de un kilómetro del inicio de la subida hay un lugar desde donde tenemos unas espléndidas vistas de todo lo que hemos podido ver también desde abajo, pero pudiendo contemplar ahora también todo lo que había a nuestra espalda, hacia la zona de Hervás y Baños de Montemayor.
Satisfechos con las vistas, iniciamos el regreso por el sitio que llaman de Los Concejiles. Todo es una subida continua hasta llegar a la carretera de Cabezuela, la CC-102 que será el punto más alto de toda la ruta, comenzando ahí la bajada hacia Hervás.
La subida hasta la carretera no es especialmente dificultosa, aunque son 2,5 kilómetros de subida continua. El sendero es bueno y el paisaje muy similar al del resto del castañar que hemos venido viendo anteriormente.
Hay que seguir la carretera durante casi 3,5 kilómetros. Tanto asfalto tiene como contrapartida lo bonito del lugar que no debe despistarnos en ningún momento en cuanto a la atención que debemos prestar.
Volvemos a pasar por la Garganta de Andrés, donde el Arroyo Romanillo vuelve a saludarnos, aunque esta vez en un entorno menos hermoso que el de más abajo, pues se trata de un puente sobre la carretera.
Poco más de un kilómetro después de dejar atrás el Arroyo Romanillo abandonaremos la carretera por un camino hormigonado que, en una curva y cuesta arriba, sale por el lado derecho de la carretera. Por ese camino nos vamos a meter otra vez en pleno corazón del castañar, recuperando el precioso entorno que ya pisamos en la ida.
Muy poco después de dejar la carretera encontraremos un nuevo desvío debiendo coger, nuevamente, el de la derecha.
En algo más de kilómetro y medio alcanzaremos la famosa Pista Heidi, que hemos de cruzar continuando por el otro lado de la misma.
La pendiente de bajada se hace algo más pronunciada mientras nos vamos acercando a Hervás.
El camino nos lleva directamente a la Plaza de Toros ubicada en un entorno agradable donde podremos encontrar mesas y bancos donde es posible sentarse a descansar o a tomar un refrigerio, lo que hacemos para dar cuenta de la comida que cada uno ha llevado.
Una vez repuestas las fuerzas y cuando retomamos los pocos metros que nos separan de Hervás, un poco más allá de la Plaza de Toros nos encontramos, a la izquierda de la calzada, con la Fuente de San Andrés.
Desde aquí solo nos queda caminar unos pasos más para llegar otra vez al puente del ferrocarril que vimos al principio, por el que ahora debemos pasar por debajo para estar de nuevo en el parque municipal de Hervás, y regresar a la Estación de Autobuses para terminar la ruta.